The Boy with the Hammer in the paper Bag

Como fiel seguidor y admirador del buen hacer vestimentario del Príncipe Carlos de Inglaterra desde ya remotos tiempos, siempre me ha llamado la atención su predilección por un tipo de corbata de rayas que ha repetido, y repite, hasta la saciedad. Ignoro por completo si tiene algún significado especial pero lo cierto es que se cuentan por centenares las fotografías en las que luce dicho colgajo pendiendo de su regio cuello.
Pues bien, hace unos días, mis ojos entreabiertos con dificultad tras una noche de esas que dan para escribir una novela de género, aún no se cual, se toparon con un modelo perfectamente idéntico de la citada corbata en el escaparatito una diminuta mercería que no ha debido renovar ni un calcetín de nylon en los últimos 30 años.
Corsini, silk 100% made in Spain, reza la etiqueta.
Me llevé las dos de las que disponía la amable tendera a 5 euritos cada una.
Según me dijo ya estaban allí cuando ella se hizo cargo del negocio y de eso hace más de dos décadas, el mismo tiempo que debe llevar sin cambiarse la permanente.
Minutos tardé en probármela con el traje ultraslim que me acaban de manufacturar.
Aunque la corbata es ciertamente estrecha no me atreveré con el insignificante nudo de corbata que luce el heredero por sistema, me temo que eso es algo que solo está a su alcance sin perder la dignidad.
Conozco mis limitaciones, bien pocas son ciertamente, pero las conozco.